Quantcast
Channel: Caro Chan, autor en El Ibérico
Viewing all articles
Browse latest Browse all 30

Adiós Londres

$
0
0

Dicen que cuando una puerta se cierra, se abre una ventana. Hay casos en los que la puerta pega un portazo y te cuesta adaptarte a la oscuridad para ser capaz de discernir la silueta de esa bien oculta ventana.

A veces son las lágrimas las que no nos permiten ver la salida de emergencia, el miedo a lo desconocido nos paraliza y nos hace que nos quedemos meciéndonos delante de la otra puerta, deseando que se vuelva a abrir para regresar a nuestra zona de confort, a lo conocido, a lo fácil, a lo “nuestro” sin ni siquiera darnos la oportunidad a pensar que en el nuevo mundo por explorar haya muchas más cosas convenientes para ti.

Imagen de ojo fantasía

Como en cada cosa perdida, el periodo de adaptación es lo más duro, por eso debes poner en práctica tu resiliencia.

Es pasar un periodo de duelo por lo perdido, negarlo, pensar que no, que no es real, que eso no te está pasando a ti… Llega un momento en el que te enfadas y piensas que “vaya mierda”. Luego intentas negociar contigo, con Dios, con el universo, con el monstruo espagueti, con lo que haga falta.

Lo único que te motiva es volver a aquel mundo tan “perfecto”, donde ahora ya no eres ni capaz de recordar las cosas que te sacaban de quicio. Terminas cediendo el control a la tristeza, nada de la nueva situación te satisface. Tú solo quieres volver a donde estabas… rememorando a cada paso, pensando que el nuevo mundo, al que tanto te ha costado acceder por una ventana, no tiene el mismo color, ni huele igual de bien, incluso las nubes eran más bonitas en el otro lado.

La melancolía lo empapa todo y solo puedes ver en blanco y negro, la alegría se ha ido de tu vida. Pero, sin previo aviso, un día el cielo ya no parece tener este tono grisáceo, parece un poco celeste, descubres una nueva especie de flor que no existía en tu vida anterior, y al doblar la esquina hallas un rinconcito lleno de encanto… Poco a poco vas aceptando que en este reciente giro de la vida no se está tan mal…

Y en esa tesitura me encuentro yo hoy, parada frente a esa puerta que se me ha cerrado… Notando cada veta de la madera con la yema de mis dedos, mientras las lágrimas tibias adornan la comisura de mis labios. Fue una puerta preciosa, llena de risas, de lluvias, de pintas y de metro con ese aire que te despeina a cada momento…Me giro y ahí está: una ventana con unos visillos blancos que se mecen con la brisa, parece que huele a mar, me enjugo las lágrimas con el dorso de la mano y me remango mientras una sonrisa asoma en mis labios.

Despedida de nuestra colaboradora Caro Chan

Fue bonito, muy bonito, gracias por formar parte de mi mundo en este tiempo en Londres. Gracias y hasta siempre.

 

 

The post Adiós Londres appeared first on El Ibérico.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 30

Latest Images

Trending Articles





Latest Images